Visitamos en el pueblo de  Arratzu  los viñedos del  txakoli Urdaibai  acompañados de  Alex Mestraitua  y de  Ricardo.

Arrazua o Arratzu  (en  euskera,  oficialmente Arratzu ), es un municipio de la provincia de Bizkaia. El 100% de su superficie forma parte de la  Reserva de la Biosfera de Urdaibai  reconocida por la  Unesco .

Arrazua es la localidad natal del periodista  Manuel Leguineche .

Desde el viñedo se ve la tribuna del campo de fútbol del Gernika. Entorno y condiciones privilegiados. 

Suelo arcillo-ferroso con buen drenaje y orientación sur, sur-oeste.

Las cepas fueron plantadas a partir de 2003.

Sobre todo Hondarrabi zuri, 1000 plantas de  petit manseng, 500 de  zerratia  y 75 cepas de  folle blanche · mune mahatsa .

En total, algo más de 2 hectáreas para una media de 12.000 botellas anuales según la añada.

El nombre de  Urdaibai, que se le ocurrió al hermano de Alex.

Se registró oficialmente en 2018.

Anteriormente el txakoli se llamaba  Mintxisko.   

Este año se ha variado la etiqueta, letras más grandes y colores más naturales.

Los perfiles de ambas añadas son muy distintos.

El de 2018 , txakoli que ganó la cata celebrada en Forua de los txakolis de Urdaibai en junio del pasado año, se mostraba ya con aromas de evolución, un paso en boca más redondo y un recorrido que apuntaba a un consumo breve o inmediato.

Sin embargo, la añada 2019 se mostraba vivo, eléctrico, con una acidez muy bien integrada y una fuerza que le hacía presagiar un año en el que va a dar mucho que hablar y para bien. 

Comentamos que este año tenemos la suerte de encontrarnos con bastantes txakolis muy bien hechos, con buena estructura, bien rematados y sin aristas.

Urdaibai es uno de los top!

Txakoli Urdaibai como tal, sólo lleva dos añadas en el mercado – 2018 y 2019 -.

Anteriormente se llamaba Mintxisko.

Esta era su etiqueta, su antigua imagen:

En las catas de Forua siempre estaba en las primeras posiciones.

En 2019 ganó el campeonato con su añada 2018

Visita realizada por Jon Andoni Rementería y Javi Calzada el domingo 23 de febrero 2020

Amantes de lo natural

Una veintena de baserritarras de Arratzu recibe clases para conocer los beneficios de la agricultura ecológica y aplicarlos en sus explotaciones
MAIKA SALGUERO  
 
LABOR.  Varios alumnos del curso en la parcela adquirida por el Ayuntamiento de Arratzu para esta iniciativa.  / MAIKA SALGUERO /

 

Varios alumnos del curso en la parcela adquirida por el  Ayuntamiento de Arratzu  para esta iniciativa. / MAIKA SALGUERO

«No es necesario utilizar químicos para sacar adelante una cosecha. Los animales son nuestros aliados y ellos se encargan de eliminar las plagas de los cultivos », así de convencido se muestra  Alex Mestraitua, tras asistir a un curso práctico sobre beneficios de la agricultura ecológica en Arratzu, una iniciativa pionera en Euskadi desarrollada por la asociación Ecolur.

Durante tres meses, la veintena de participantes, en su mayoría agricultores, han adquirido conocimientos teóricos sobre este tipo de cultivos y los han aplicado después en la huerta que ha adquirido el Ayuntamiento de Arratzu, en el barrio de Barrueta. «Es increíble pero sin apenas invertir mucho tiempo en la parcela, hemos recogido una cosecha excelente», aseguró Jesús Arejita, otro de los asistentes a las sesiones.

Una de las clases que más ha impactado a los alumnos es el conocimiento de la existencia de los depredadores, que son los que necesitan al equilibrio natural y eliminan a los ‘bichos’ que se alimentan del género hortofrutícola. «Saber que la ‘encargia formosa’ es un parásito enemigo de la mosca blanca, es vital para evitar que su presencia dañe a la plata del tomate.

Antes de asistir a estas sesiones, lo más fácil era aplicar la química para cargarse a la mosca pero envenenamos la tierra y nuestro organismo », destacaron.

Tras el curso, todos los alumnos han decidido reconvertir sus tierras al sistema ecológico y no emplearán abonos de síntesis. «Decidí apuntarme a las clases porque mi huerto cada vez está más trillado y produce menos. Siempre he estado concienciado pero cómo nos han inculcado que para acabar con los bichos se necesita la química…. Aquí te das cuenta de que es tan sencillo como trabajar como nuestros antepasados ​​», reconoció  Mestraitua.

 

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